El fenómeno climático de La Niña se caracteriza por un enfriamiento anómalo de las aguas superficiales del océano Pacífico, por lo tanto afecta de forma directa a México, pues nuestro país cuenta con más de 7 mil 800 kilómetros de litoral en estas aguas.
La Niña contrarresta los efectos climáticos de “El Niño” el cuál está relacionado con el calentamiento del océano Pacífico oriental ecuatorial, el cual se manifiesta erráticamente cíclico y fue responsable de los huracanes en el sur de México y las sequías del norte del país a finales de 2023 y el primer semestre de 2024.
El Servicio Meteorológico Nacional mexicano tenía pronosticado que “La Niña” comenzara a manifestarse entre los meses de julio y agosto, pero nuevos estudios pronostican que el fenómeno climático se retrasó y podría iniciar en octubre y prolongarse hasta el invierno.
Los efectos de “La Niña” en el invierno
Los efectos de “La Niña” serán muy distintos dependiendo la zona del país. (Jovani Pérez)
En México ya se pueden notar algunas señales de que estamos en periodo de transición climática hacia La Niña, como lo es la prolongación de la temporada de lluvias en el centro y sur del país según información del sitio especializado en meteorología, Meteored.
Mencionan que conforme nos adentramos a octubre y noviembre, resalta la corriente en chorro del Pacífico que comienza a curvarse en dirección al Golfo de Alaska formándose un anticiclón con una vaguada polar desde el Ártico hacia Canadá y Estados Unidos, siendo sus efectos más notables de diciembre a febrero, en pleno invierno.
La Niña en invierno se caracteriza por ser más seca de lo habitual, cuando la sequía puede aparecer y fortalecerse, mientras las temperaturas son extremas con periodos de calor y frío, siendo éste último muy extremo con heladas y nevadas intensas.
Sin embargo, México es un país con 1,973 millones km2 de extensión territorial y los efectos climáticos de este fenómeno global pueden variar dependiendo la zona, siendo casi contrarias respecto al norte y el sur.
“La Niña genera situaciones muy diferentes en el norte y centro de México en comparación con el sur. Durante ésta podríamos esperar un poco más de lluvia de lo normal en el sur, suroeste y sureste, pero el norte del país será más seco. Se esperan condiciones como las que teníamos en los años anteriores: muy secas, con poca precipitación y problemas de sequía, lo que podría afectar también la región central en función de qué tan intensa sea La Niña”, comentó el científico de la UNAM, Alejandro Jaramillo Moreno en una entrevista para Gaceta UNAM.
¿La Niña contrarresta los efectos del cambio climático?
Mientras el sur del país sufre inundaciones, el norte podría resistir sequías extremas. (REUTERS/Agustin Marcarian)
Aunque se tiene la creencia popular de que La Niña tiene los efectos contrarios al fenómeno de El Niño y ayuda a revertir el calentamiento global, el especialista de la UNAM aclara que no es así. Si bien las aguas del Pacífico son menos cálidas durante este periodo, el calor se traslada a la Cuenca del Atlántico, aumentando la intensidad de la temporada de huracanes en el Caribe mexicano y el Golfo de México.
“Hemos observado la influencia de los seres humanos en las temperaturas globales del planeta, en lo que llamamos calentamiento global. Pero El Niño y La Niña son fenómenos aparte. Los dos actúan bajo lo que llamamos el sistema climático. No hay evidencia todavía de cuál es el impacto que causamos en éstos. Los estudios sí han mostrado que a medida que el planeta se calienta, la frecuencia de estos eventos cambiará”, comentó el científico.
Otro ejemplo de que este fenómeno no ayuda a revertir el aumento de la temperatura global es que las sequías se vuelven extremas en el norte de México.
“En las zonas donde La Niña favorece las sequías, las lluvias llegan con poca cantidad de agua y esta afectación se va alargando hasta el año que sigue. Entonces, este fenómeno perjudica a las poblaciones y ecosistemas que subsisten con base a la demanda de agua”, señaló en un estudio Jaramillo Moreno.