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Vecinos Informados

La escasez de agua en el Estado de México ya no es una advertencia, se ha convertido en una realidad amenaza que urge acciones inmediatas

21 de abril de 2025
La escasez de agua en el Estado de México ya no es una advertencia, se ha convertido en una realidad amenaza que urge acciones inmediatas

La advertencia ignorada: sequía, desabasto y un sistema al límite

Lo que por años se consideró una amenaza lejana es hoy una realidad crítica: el Estado de México enfrenta su peor crisis hídrica en décadas. La Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) alertó que, de persistir la sequía, la región podría alcanzar el “Día Cero” —el momento en que los embalses del Sistema Cutzamala ya no podrán abastecer al centro del país sin colapsar la red hidráulica.

Las presas El Bosque (Michoacán), Valle de Bravo y Villa Victoria (Estado de México) —pilares del suministro— operan hoy entre 40% y 65% de su capacidad. Aunque no están en niveles críticos, la vulnerabilidad es extrema: Valle de Bravo ya ha caído por debajo del 30%, y la CAEM advierte que la sequía severa, iniciada en 2020, podría extenderse hasta 2027.

El abandono institucional: renuncias, vacíos y opacidad

La crisis se agrava con la salida de Pedro Moctezuma Barragán, ex titular de la Secretaría del Agua y uno de los pocos expertos en la materia. Su renuncia, en plena emergencia, dejó un cargo clave sin sustitución, reflejando la falta de prioridad política ante un desastre anunciado.

Mientras tanto, 11 millones de mexiquenses —principalmente en municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán y Naucalpan— sufren cortes recurrentes o dependen de pipas, donde el lucro con el agua es ya un negocio: tomás clandestinas y venta a precios abusivos se multiplican. Las protestas ciudadanas, incluyendo bloqueos en avenidas clave, son el síntoma de un hartazgo histórico.

Gobernabilidad en jaque: promesas vs. realidades

Los gobiernos municipales y estatales han respondido con parches: tandeos, pipas (muchas vendidas a precios especulativos) y obras inconclusas. Aunque la gobernadora Delfina Gómez y la presidenta Claudia Sheinbaum prometen inversiones millonarias —especialmente en el oriente del estado—, la desconfianza ciudadana crece. ¿Por qué proyectos integrales, como la reparación de fugas o plantas de tratamiento, quedan en el discurso?

El Estado de México tiene los recursos para convertirse en un modelo de gestión hídrica, pero requiere:

  1. Coordinación real entre federación, estado y municipios.
  2. Inversión en infraestructura (no solo en pipas).
  3. Sanciones ejemplares a la corrupción en concesiones y tomas ilegales.
  4. Participación ciudadana en políticas públicas.

Conclusión: ¿Estamos a tiempo de evitar el colapso?

La pregunta no es si el “Día Cero” llegará, sino qué tan preparados estamos para mitigarlo. Hoy, el dilema es político: ¿seguirán los gobiernos privilegiando obras “de relumbrón” que generan votos, o asumirán que el agua es un derecho, no un botín? La cuenta regresiva ya comenzó.

La escasez de agua en el Estado de México ya no es una advertencia, se ha convertido en una realidad amenaza que urge acciones inmediatas
La escasez de agua en el Estado de México ya no es una advertencia, se ha convertido en una realidad amenaza que urge acciones inmediatas
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