
El Volcán de Fuego, ubicado en el occidente de Guatemala, registró una intensa erupción que provocó la evacuación de al menos 125 familias en comunidades cercanas; por lo que las autoridades locales activaron los protocolos de emergencia para resguardar a la población ante el riesgo de flujos piroclásticos, caída de ceniza y material incandescente.
De acuerdo con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) y el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), la erupción ocurrida el domingo 9 de marzo, generó columnas de ceniza que alcanzaron hasta los seis mil metros sobre el nivel del mar, así como expulsiones de lava que se desplazaron por varias barrancas del volcán.
Las familias afectadas, principalmente de las comunidades Las Lajitas y El Porvenir, en el municipio de San Juan Alotenango, provincia de Sacatepéquez, fueron trasladadas a un refugio temporal en un salón municipal para protegerlas de posibles afectaciones. Más de 900 personas fueron movilizadas, mientras que las clases en la región fueron suspendidas como medida de precaución.
Durante la erupción, se reportaron flujos piroclásticos (corrientes de gas volcánico y material incandescente) descendiendo por las barrancas Las Lajas, El Jute y Seca, alcanzando varias zonas pobladas. Además, la caída de ceniza se extendió hasta 120 kilómetros en dirección noroeste y oeste, afectando la visibilidad y generando riesgos en las comunidades cercanas.
Las autoridades recomendaron a la población preparar la denominada “mochila de las 72 horas”, la cual debe contener suministros básicos, documentos importantes y medicamentos, en caso de ser necesario evacuar nuevamente. También se habilitó el Centro de Operaciones de Emergencia Municipal para coordinar las labores de asistencia.
El Volcán de Fuego es conocido por ser uno de los más activos de Centroamérica. En junio de 2018, una fuerte erupción dejó más de 400 personas fallecidas y arrasó varias comunidades cercanas, por lo que el actual episodio ha generado temor entre los habitantes de la región.
A pesar de la intensidad de la actividad volcánica, el Insivumeh informó que para la tarde del lunes 10 de marzo, la actividad del coloso había disminuido considerablemente, lo que permitió a las autoridades considerar que la erupción estaba llegando a su fin.
Sin embargo, advirtieron que el material volcánico acumulado en las laderas representa un peligro potencial si se presentan lluvias, ya que podría generar deslizamientos o lahares.
Como parte de las medidas preventivas, se ha solicitado a las aerolíneas que operan en Guatemala tomar precauciones ante la presencia de ceniza volcánica en el aire. Además, los cuerpos de rescate continúan monitoreando la actividad del volcán para actuar de manera inmediata en caso de un nuevo incremento en la actividad eruptiva.