Un presunto acto de discriminación tuvo lugar en un restaurante Chili’s ubicado en la ciudad de Xalapa, en Veracruz. Allí un hombre con discapacidad visual acusó al gerente del sitio por pedirle que retirara al perro guía que lo acompañaba a pesar de que la mascota sirve de ayuda esencial al hombre.
Miguel Ángel Hernández Correa fue el usuario que acusó a la cadena de restaurantes de origen estadounidense por el acto, pues consideró que se trató de discriminación pasiva debido a la actitud del gerente.
El hecho tuvo lugar en la Plaza Américas de Xalapa y fue grabado por la persona que acompañaba a Miguel Ángel Hernández, quien compartió la publicación el pasado 24 de diciembre.
En la grabación se aprecia al gerente pedirle el retiro del animal debido a que eso dictaba “la política” del establecimiento. Además, se negó a decir el nombre del restaurante al percatarse de que estaba siendo grabado.
“Mire, aquí no podemos tener ciertas mascotas dentro del establecimiento, me lo dicen mis políticas. Eso es simplemente lo que se está comentando”, explica el gerente de nombre César ante el cuestionamiento del cliente.
Si bien la primera petición que el gerente le hizo al afectado no fue grabada, éste mismo señala que fue discriminado por el encargado por presuntamente pedirle que se retire del sitio debido a la presencia del perro.
Al respecto, el gerente señala que el restaurante Chili’s de Xalapa nunca ha aceptado la presencia de perros guía dentro del establecimiento, asegurando que cuenta con testigos que pueden corroborar que todos estos animales ya han sido retirados previamente del lugar.
Hasta este momento esta cadena de restaurantes no ha confirmado o desmentido esta versión, tampoco se ha pronunciado respecto a lo ocurrido con su franquicia en Veracruz.
El mal momento para el hombre terminó pronto debido a que optó por retirarse del lugar. Su decisión se debe a que considera que la actitud del gerente no fue la ideal y que incluso contraviene el artículo 58 de la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC).
En ese mismo momento una de las comensales que se encontraba en el sitio se acercó a la mesa para indicarle al gerente que como cliente no le molestaba la presencia del perro, argumentando que este mismo contaba con el entrenamiento necesario para permanecer en sitios de este tipo.
Sin embargo, el encargado continuó con su premisa, lo que hizo que el hombre finalmente decidiera retirarse.
