
Ciudad del Vaticano — El Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) falleció este lunes a las 7:35 horas (5:35 GMT) en su residencia de la Casa Santa Marta, según anunció el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrel en un mensaje televisado. El primer pontífice latinoamericano, conocido por su humildad, defensa de los marginados y reformismo eclesial, murió tras una prolongada convalecencia que lo mantuvo alejado de los ritos de Semana Santa y que culminó con su última aparición pública el Domingo de Resurrección.
Últimos días: un adiós en silencio
- Ausencia en Semana Santa: Francisco no participó en las ceremonias principales debido a su frágil estado de salud, tras ser hospitalizado en varias ocasiones por complicaciones respiratorias y una infección pulmonar.
- Última bendición “Urbi et Orbi”: A pesar de su debilidad, el domingo apareció en el balcón de la Basílica de San Pedro y recorrió la plaza en el papamóvil, en lo que se convirtió en su despedida pública.
- Reuniones finales: Una de sus últimas audiencias fue con el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, a quien recibió en privado la semana pasada.
El anuncio oficial y la Sede Vacante
En un vídeo grabado en la capilla de Santa Marta, Farrel —acompañado por el secretario de Estado, Pietro Parolin, y otros altos funcionarios vaticanos— declaró con emoción:
«El obispo de Roma ha vuelto a la casa del Padre. Su vida entera estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia, enseñándonos el valor del Evangelio con fidelidad, valor y amor universal, especialmente hacia los más pobres».
Conforme al protocolo, el camarlengo asume ahora las gestiones durante la Sede Vacante, el período entre la muerte del Papa y la elección de su sucesor. A las 9:45 horas, los medios vaticanos transmitieron en directo el comunicado, seguido por el repique de campanas en Roma y un minuto de silencio global.
Legado de un revolucionario silencioso
Francisco, elegido en 2013 tras la renuncia de Benedicto XVI, dejó una huella profunda:
- Reformas: Combatió la corrupción financiera en el Vaticano y promovió una Iglesia “en salida”, más cercana a los fieles.
- Diálogo global: Acercó posturas con ortodoxos, protestantes y musulmanes, y criticó el capitalismo salvaje y la crisis climática.
- Escándalos: Enfrentó casos de abusos sexuales en la Iglesia, aunque sectores conservadores lo acusaron de insuficiente rigor.
Reflexión final: ¿Quién seguirá sus pasos?
En un mundo polarizado, Francisco fue un puente entre tradición y modernidad. Ahora, el cónclave decidirá si su sucesor mantendrá ese equilibrio o marcará un giro. ¿Será el próximo Papa otro reformista o un restaurador de la ortodoxia? La Iglesia —y millones que vieron en Bergoglio un faro de esperanza— aguardan la respuesta.