
Una historia marcada por el dolor, la negligencia y la justicia ha estremecido a Perú. Ruth Cieza y María Chilcón, madres peruanas que dieron a luz el mismo día de 2018 en el Hospital General de Jaén, descubrieron seis años después que criaron hijos que no eran biológicamente suyos. Una prueba de ADN reveló que sus bebés fueron intercambiados al nacer por error del personal médico.
El hallazgo se produjo cuando Cieza, en medio de un juicio por pensión alimenticia, notó irregularidades en la filiación del niño que había criado como propio. Una prueba genética confirmó lo impensable: ni ella ni su expareja eran los padres. A partir de ese momento, se inició una investigación que terminó con un juez ordenando el intercambio inmediato de los menores.
Sospechas ignoradas y dolor confirmado
María Chilcón, residente de una comunidad rural, había expresado desde el inicio sus sospechas: “Cuando vi al bebé, supe que no era mío, pero me dijeron que estaba loca”. Sus inquietudes fueron ignoradas durante años. Solo tras el escándalo judicial, se confirmaron sus temores: su verdadero hijo estaba en manos de otra familia.
El reencuentro fue devastador. La escena del intercambio fue marcada por lágrimas, angustia y confusión. Mientras los niños, ajenos a la magnitud del momento, jugaban con sus celulares, las madres no podían contener el llanto. “Me estoy adaptando a mi niño, pero al mismo tiempo extraño al que crié”, confesó Ruth. “Uno no quiere irse y el otro no quiere quedarse”, dijo entre lágrimas María.
Intercambio de bebés tras seis años
Implicaciones legales y clamor por justicia
Ambas familias han iniciado acciones legales contra el hospital. Hasta el momento, la institución médica no ha emitido disculpa alguna ni se ha pronunciado públicamente. El caso ha generado una ola de indignación en Perú, especialmente por tratarse de una falla en un servicio esencial y sensible como lo es la atención médica neonatal.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos y de la infancia han exigido reformas urgentes en los protocolos hospitalarios, así como una revisión exhaustiva de los procedimientos de identificación de recién nacidos en hospitales públicos, sobre todo en zonas rurales como Cajamarca.
Dos vidas, dos mundos
Más allá del error, el impacto humano es inmenso. Ambos niños ahora enfrentan una transición forzada: uno deja la ciudad para adaptarse al campo, y el otro debe asumir una vida urbana que desconoce. Durante seis años vivieron una historia que no les pertenecía. Ahora deben reconstruirse en entornos ajenos, lejos de quienes llamaban mamá hasta hace pocos días.
Las madres, por su parte, intentan sobreponerse con apoyo psicológico y el deseo común de ver felices a sus hijos, aunque ya no estén con quienes crecieron.
