ESTADOS UNIDOS.- Miles de internautas en todo el mundo se han quedado sorprendidos por la historia que cambió la vida de Addison Bethea, de 17 años, pues se encontraba buceando con su hermano Rhett Willingham y sus amigos en Florida cuando fue atacada por un tiburón. La adolescente explicó que solo había estado un rato en el agua cuando sintió que algo agarró salvajemente su pierna.
En su relato, la influencer reconoció que al principio pensó que se trataba de una broma pesada. Sin embargo, se dio cuenta que se trataba de un tiburón toro, cuyo tamaño promedio es de dos metros de largo, le mordió el muslo derecho y la arrastró hasta la profundidad del agua.
Fue a través de una entrevista con el diario The Guardian que la joven relató la amarga experiencia que vivió hace un año. La joven contó que el animal salió “de la nada” y la atacó clavando sus dientes sobre su pierna. Luego, alcanzó a gritar alertando a su hermano de la situación.
“Luego volví a subir y fue entonces cuando vi que todo sucedía al mismo tiempo: la cola del tiburón agitándose, la sangre. Fue mucha”, contó Bethea. Además, contó que si bien la mordida fue tremenda, no sintió dolor en ese momento.
En ese contexto, la joven explicó que a pesar de la terrible situación, supo como defenderse: “Recuerdo haber sentido todo. Es como un papel de lija”, dijo sobre la piel del tiburón. “Fue entonces cuando empecé a golpear al tiburón”, explicó. Y luego dijo que llegó a arrancarle los ojos para que la suelte, y los describió como del “tamaño de una pelota de béisbol”. Por su parte, su hermano Rhett, bombero y paramédico, pudo rescatarla y subirla a un barco de rescatistas que escucharon todo y se acercaron a ayudar. En ese momento le hicieron un torniquete para detener la sangre.
(Fotos: Instagram)
Una vez que llegaron a la costa, fue trasladada en avión hasta el Tallahassee Memorial Hospital donde se sometió a una serie de cirugías: le amputaron la pierna derecha por arriba de la rodilla y pudo dar sus primeros pasos con un andador. Ahora, tiene una pierna ortopédica y se desenvuelve tan naturalmente como puede en su vida.
“No entiendo como lo hice”, reconoce Addison que lleva una vida normal con una protesis que le permitió seguir con sus actividades cotidianas. “Una vez que pasaste por algo así, no das nada por sentado. Lo que tenés que saber es que una vez que entras al océano, ese no es tu territorio. El tiburón estaba siguiendo sus instintos. Sí, es un bajón que me haya elegido para morderme, pero puede suceder”, recuerda la valiente joven.
