Dicen que en todas las historias de pareja existen tres versiones, la él, la de ella y la verdadera y, al parecer así sucede con la acusación de infidelidad de Alex Montiel, conocido como El Escorpión Dorado a su esposa Dana Arizu con la influencer Fabiola Martínez.
Tras el escándalo que se suscitó debido a la divulgación de fotografías de los dos influencers durante el concierto de Peso Pluma en Monterrey, Alex Montiel y Dana publicaron un video en el que negaron que haya habido infidelidad, puesto que ambos tienen una relación madura y han hecho acuerdos, uno de estos es permitir que cada uno salga con otras personas, pues así les está funcionando perfecto a su relación matrimonial.
«Familia y Amigos cercanos ustedes saben perfectamente cómo sucedió esta historia. No se dañen la cabeza no dejen que este circo les afecte, hay personas que solo piensan en sí mismos y se les olvida el otro lado que estaban construyendo, sueños, promesas y planes que se olvidaron. No pasa nada, soy una mujer que lo entrega todo, que da mucho amor pues es lo que realmente tengo en mi corazón», es como empieza el texto de la influencer.
Sin embargo, faltaba la versión de la tercera implicada en esta historia. A través de sus historias en su cuenta de Instagram, Fabiola Martínez compartió un mensaje en el que explica más a detalle que sucedía entre ella y Alex Montiel.
En el mensaje, la joven deja ver que sí existía una relación, en la que se pensaba a futuro como pareja con el youtuber y no es la amante como la han tachado. Pero, debido a todo lo que ha ocurrido, ya no le interesa mantener esa relación.
Señala que a partir de este momento, se termina todo y pide a sus seguidores que entiendan que ella no se metió en «un matrimonio ya que no existe tal cual», por lo menos es que que le decía Montiel, «ya que estaba esperando un plazo el cual se acordó para que ese ‘matrimonio’ se diera por terminado legalmente», señala.
Asimismo, agradece que esto salió a la luz antes de tiempo, de lo contrario, al cumplirse el plazo, Alex Montiel «quien sabe con qué me saldría», y hubiera sido más tiempo perdido.
«Así que yo no fui la amante de nadie, las amantes se esconden yo jamás estuve escondida, él jamás me escondió, él me dio un lugar, lugar que hoy me quitó de la noche a la mañana».
Reconoce que los tiempos de Dios son perfectos y no reniega de su situación «estoy en paz conmigo misma», concluyó.
